El acceso a la documentación clínica por parte de los progenitores que tengan atribuida la potestad parental de un menor que sea mayor de 14 años no requiere su autorización. En el caso de padres separados o divorciados, el libro de familia o equivalente puede ser suficiente para acreditar esta condición. Si no tienen la custodia, una declaración responsable en la cual se declare que se ostenta la potestad parental puede ser una buena garantía desde el punto de vista del derecho a la protección de datos.